Y resulto que no eras una perla, aunque parecias verdadera.
Eras autentica, verdaderamente extraña al mundo submarino.
Fuera del agua, fuiste adquiriendo un tono azulado, con ribetes plateados,
como un cristal iluminado por la luna.
Fue asi que me fui dando cuenta, que seguias siendo llamativa, pero sólo por la noche.
A la luz del día podías mimetizarte con cristalitos de colores de dudosa procedencia.
Ya no quería otorgarte un nombre distintivo. Estarías conmigo, sí, en medio de disímiles objetos que guardaba sin clasificar. Un OVNI ( objeto verdadero no identificado).
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