viernes, 16 de abril de 2010
868 cartas
Son las que habre escrito al llegar el dia de mi muerte.
Porque he decidido medir el tiempo en cartas, para no sentir que pierdo el tiempo,
que el tiempo pasa, que no tengo tiempo.
868 cartas pueden recibirse a lo largo de una vida corta o muy larga.
Y no habre de clasificarlas en cartas de amor, anuncios nefastos,
publicidad cara, solicitudes de empleo. Porque Uds. no saben cuantas cartas recibo por año.
Porque yo no se, si contare las cartas dia tras dia, semana tras semana.
Porque no es estar preso de una condena, con la posibilidad de libertad condicional.
Porque tal vez la ultima carta desaparezca. O nunca llegue a destino.
Porque me habre mudado de direccion.
Esa ultima carta podria hacerla desaparecer el azar o un ladron de correspondencia.
O tal vez el encargado del edificio que decidio no entregarla.
O el empleado de correos que la entrega en bicicleta, y no sabe el significado que ella tiene para mi, aunque lea el remitente.
O mi perro, que en un arranque de sabiduria o instinto animal la enterro en un pozo en el jardin.
O la enfermera al lado de mi cama, quien no quiso darmela, para que no me suba la fiebre.
868 cartas, un numero sin significado, un mantra, una sentencia.
El azar, que no puede ser premeditado.
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