miércoles, 27 de enero de 2010

Koan Zen

















Dos monjes iban caminando por un campo después de una tormenta. Al llegar a un río se encontraron a una joven vestida con un kimono magnífico que no podía cruzar.

El monje más joven cogió a la mujer en brazos y la ayudó a cruzar el río.

Tras despedirse de la mujer, los dos monjes siguieron caminando en silencio, el mayor de los dos muy enfadado y sin decir una palabra.

Al final del día al llegar al monasterio donde tenían que alojarse, el monje de más edad le dijo al joven:

- ¿Cómo has podido hacer eso? Sabes que hemos hecho voto de no tocar a ninguna mujer!

A lo que el monje más joven contestó:

- Te refieres a la mujer del kimono que ayudé a cruzar? Yo ya hace horas que la dejé, ¿tú todavía la llevas encima?

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