sábado, 19 de diciembre de 2009
Elogio de la idiotez
A veces prefiero parecer un poco idiota.
Me permite no tener que hacerme cargo de cada cosa absurda que digo.
Por lo general, son mas las voces pretenciosas, que me circundan.
¿Acaso la idiotez no tiene su momento de epifanía? Sí, cuando se acepta
como parte del disfraz que permite recorrer muchos lugares, sin tener que pagar peaje por
el auto caro de ser responsable.
Deambular sin rumbo fijo, como si todo el tiempo estuviera de vacaciones.
Irresponsable sin carga peyorativa, mas bien no-responsable
por dichos y entredichos que pudieren suscitar tontas palabras.
Tontos-entendidos en lugar de malos entendidos.
Y al fin, la sonrisa fácil, sin babear; porque la tontera aun no ha ganado
el timón de mi boca toda; solamente navega meciendo unas cuantas palabras.
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