martes, 29 de diciembre de 2009

Textos y relieve


Me complace leer diferentes tipos de texto.
Disfruto de algunos llanos, pero que evocan sentimientos o pareceres plácidamente transmitidos a través de simples palabras.
Otras veces me sorprendo adentrándome en algunas profundidades inimaginables al leer el título.
Otros textos no socavan conceptos, sino que adquieren relieve por el uso certero de cadenas de palabras que dibujan algo así como una imagen, una especie de gráfico que queda como sedimento al finalizar la lectura.
Es difícil dibujar con palabras, pero este gráfico nos deja algo parecido a un contexto, un entramado donde asientan las palabras clave que se elevan sobre el resto. Aunque sin estas últimas no tendrían soporte.
Tal vez haya una matriz textual que pueda ser repetida como fórmula, a modo de receta infalible que nos asegure comprensión e impacto sobre quien lo lee. Pero este tipo de encorsetamiento, sólo nos servirá un tiempo, como ejercicio. Después se volverá monótono y aunque presente un ritmo, serán las mismas notas que una y otra vez tocamos.
¿Cómo lograr entonces coherencia sin perder creatividad, creatividad sin perder autenticidad; autenticidad que pueda en otro momento ser refutada por nosotros mismos?
Por lo general me resulta difícil transmitir una opinión acabada, cerrada; porque muchas veces pongo en duda el carácter absoluto de las cosas. Prefiero abrir un diálogo, que me permita repensar lo expresado y con suerte llegar a una certeza temporaria por consenso o bien por haber disgregado el entramado, no por corrosión ácida, sino por una mayor fluidez que se cuele por alguna grieta del discurso, y lo inunde todo. Obviamente esto será más difícil cuanto menos rígido sea eltejido y cuando el relieve sea, apenas ondulado.

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